05/01/2011 |
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Los otros problemas del corazón |
Usted tiene un dolor en el pecho. Primero se lo adjudica a un mal movimiento, contractura o un ejercicio. Después de unas horas, piensa que es estrés, porque lo escuchó por ahí. |
Una buena consulta con un especialista es la solución definitiva |
"Pasa el tiempo, ha querido relajarse y olvidarse, hacer como si nada. La molestia sigue. Ya tomó un analgésico de los que prometen un rápido alivio, pero no dio resultado. Además ha sumado angustia y eso aumenta dolor y confusión. Llega a su casa después del trabajo y comenta que tiene “un dolorcito ahí” que no lo abandonó en todo el día. Su compañera, seria, lo mira y mientras se pone el abrigo le pregunta si tiene el carnet de la cobertura médica e indica la puerta con un gesto inequívoco. Tiene los electrodos en el pecho y el médico inicia el estudio. Tiene miedo. Está en las mejores manos para dejar de sufrir arrastrando sus dudas. Ahora bien, donde dice “dolor en el pecho” ponga el nombre de una pena o un sufrimiento que, lejos de resolverse con el tiempo, aumenta hasta convertirse en angustia, obsesión. Suponga, entonces, que ya le ha dado a “eso” todos los nombres que las revistas o los libros de autoayuda han desparramado por ahí. Sólo ha conseguido acrecentar la confusión y “eso” no se le pasa. Su compañera, un buen día le pregunta si le pasa algo, que hace un tiempo lo nota mal. Usted balbucea tímidamente alguna vaguedad. “Che, ¿y si consultas con un psicólogo?” Mientras toca el timbre para asistir a la entrevista, siente miedo, pero está aliviado. Está donde tiene que estar para hablar de los problemas que aquejan su corazón. Lic. Gloria Alra / MP 17 379 Directora de REDPBA"
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